Thomas Andrea BARBEY
Dibujo
Tras licenciarse en la École nationale d’arts de Paris-Cergy, Thomas Andrea Barbey sigue sus estudios en la École nationale supérieure du paysage de Versailles. De 2004 a 2007 se une al equipo de Glassbox, galería y colectivo de artistas en París, a continuación colabora durante varios años con la agencia de paisaje y urbanismo TAKTYK, premiada por el Ministerio de Cultura de Francia por sus proyectos de urbanismo y arquitectura.
En 2015, tras unos años de toma de distancia, da un giro a su práctica, enfocándose en la realización de grandes dibujos solitarios y monocromos, inspirados en el paisaje y en sus viajes.
Así, traza el relato de un viaje de largo recorrido, de una lenta exploración del mundo bajo aspectos geográficos y contemplativos. Como un viajero que se desliza desde una brizna de hierba al cosmos, pasa el tiempo dibujando los matices cambiantes de los reflejos del cielo sobre el agua, las variaciones casi imperceptibles de la luz o los efectos abstractos de la transparencia del aire.
En 2015 es seleccionado por el Salon de Montrouge y en 2018 es merecedor del «1% artistique» para la decoración del liceo francés Alexandre Yersin de Hanoi, Vietnam.
Proyecto en residencia
Thomas Andrea Barbey hace del viaje la condición esencial de su inspiración. Para él, la creación artística se ha convertido en el verdadero horizonte de su trabajo.
En España emprende un viaje imaginario y conduce su imaginación hasta una naturaleza quemada por el sol, allí donde se nada en el aire, en la luz, pero también en los sueños. Siguiendo los pasos de los pintores luministas españoles —Sorolla, De Haes o Beruete— rinde homenaje al sol, al deslumbramiento, a la abstracción de la luz. Busca ese punto extremo de la imposibilidad de dibujar. Cuando el reflejo del sol del mediodía ciega la mirada, cuando la vista llega al límite de sus capacidades, cuando la representación del motivo resulta inaccesible, cuando la propia percepción falla o se vuelve borrosa.
En residencia en la Casa de Velázquez, viaja para dibujar los paisajes iridiscentes de España. El deslumbramiento de las llanuras de Andalucía, el calor de la Meseta Central, las tierras calcinadas de los campos toledanos y los colores ardientes de Cataluña y el Levante.
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