Dibujo


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Formada en el campo de las artes plásticas y las artes aplicadas en la École de Condé, la ENSBA de París y la ESAD Marseille Méditerranée, Clara Mariano se licenció en 2018 en la École de la Cambre de Bruselas.

Su producción se centra en la realización de grandes dibujos en los que cuestiona las relaciones de dominación que rigen los intercambios humanos. En ellos aborda temas como las catástrofes relacionadas con el cambio climático, la subida del nivel del mar, la contaminación, la crisis migratoria y las desigualdades norte-sur. En sus dibujos, Clara Marciano presenta un universo plagado de detalles donde los elementos decorativos y los personajes se entremezclan e interconectan unos con otros, tanto en el plano narrativo como el formal, para crear un entramado de historias y líneas.

Su trabajo evoca distintos universos iconográficos, desde el grabado holandés o alemán del siglo XVI hasta el cómic, pasando por los dibujos de estilo barroco o manierista.

Sus dibujos han sido expuestos en varias ocasiones en Francia (Kogan Gallery, El Ache de Cuba, Galerie Closet) y en Bélgica (Quai du commerce, Espace Vanderborght, Fondation Moonens, Art et marges musée…). Ha sido residente en la Fondation Moonens entre octubre de 2018 y junio de 2019 y a continuación, de octubre de 2019 a junio de 2020, en la Fondation privée du Carrefour des Arts. En 2019 ha sido galardonada con la beca VOCATIO, fundación belga de interés público que tiene como objetivo el apoyo a jóvenes talentos en el desarrollo de su carrera.
 

En residence

Durante su residencia en la Casa de Velázquez, Clara Marciano realiza una serie de dibujos centrados en las dinámicas humanas y los diferentes efectos de grupo. Su proyecto evoca la emergencia de nuevas luchas y relaciones de poder, abordando especialmente cuestiones relacionadas con la represión, las crisis migratorias y la escasez de recursos –en particular, la falta de agua.

En España pretende encontrar nuevas referencias que enriquezcan su visión y sus representaciones del mundo. Entre la continuidad y la ruptura, Clara Marciano aprovecha esta residencia para inscribir su obra en una lógica narrativa particular que inició con su Triptyque des anciens continents. Desde entonces concibe su dibujo como la traducción gráfica de una gigantesca novela, de la que este año en la Casa de Velázquez abordará el tercer capítulo.

Procedente del sur de Francia, Clara Marciano se reencuentra aquí con esa luz pura, cruda, de un sol total y, con ella, su séquito de sombras, de aristas deslumbrantes y formas definidas. Sus bruscas y violentas luces generan una dimensión totalmente distinta a la comedia humana que se despliega en su obras. En los grandes pintores españoles, busca el arte del contraste e impregnarse tanto de sus composición como de su fantástico uso del color negro.

Escoge así de Goya, el Greco o Velázquez esa atmósfera de ensoñación que le fascina y que retoma con cierto onirismo, cercano al realismo mágico latinoamericano.