Composición musical


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Compositor franco-brasileño nacido en 1981, Francisco Ferro es licenciado en composición musical por el Berklee College of Music de Boston (2008), cuenta con la titulación Maîtrise ès Arts por la Universidad Tufts (2011) y un doctorado en composición musical por la Universidad McGill (2017).

En sus trabajos doctorales estudió el desarrollo de técnicas de escritura musical que generan en la audiencia la percepción de un espacio físico, apoyándose especialmente en las investigaciones psicoacústicas y en la psicología cognitiva de Zohar Eitan y Roni Granot. Desde entonces, para enriquecer esta línea de investigación, se interesa por métodos procedentes de otras disciplinas que permiten evocar la profundidad espacial, recurriendo a los ligados a la arquitectura en trabajos anteriores o a la pintura en sus producciones más recientes.

Colabora con numerosas agrupaciones y orquestas internacionales tales como el Jack Quartet, el Nouvel Ensemble Moderne, la Camerata Aberta, el MDI Ensemble, la Orquesta Sinfónica de Montréal, la Orquesta Filarmónica de Minas Gerais, la Orquesta Sinfónica de McGill y la Orquesta Regional Avignon-Provence.

En julio de 2019 fue residente en la Villa Médicis- Academia de Francia en Roma, y a continuación residente en la Cité Internationale des Arts en París de enero a junio 2020.

En 2017 compuso la pieza Tracé sur des Stèles d’Air para acordeón y banda sinfónica, encargo de la Orquesta Regional Avignon-Provence, con el apoyo del Ministerio de Cultura. En 2020, trabaja para el Ensemble Op.Cit dirigido por Guillaume Bourgogne, con la creación Scala para contrabajo y ensemble.
 

En residencia 

En la línea de sus investigaciones transdisciplinares, el trabajo de Francisco Ferro durante su residencia trata el desarrollo de técnicas de escritura musical que provoquen la percepción auditiva de formas, volúmenes y profundidad espacial. Continúa así su exploración, dedicándose en esta ocasión a las conexiones que se establecen entre la composición musical y los procedimientos propios de las artes pictóricas y decorativas.

Para su residencia en la Casa de Velázquez, toma como fuente de inspiración las pinturas y las construcciones imposibles de M.C. Escher, influenciado a su vez por la Alhambra de Granada, con sus imbricados motivos y sus geometrías ornamentales.

Durante este año en España, examina la relación conflictiva entre espacio y superficie plana en las artes pictóricas inclinándose, en principio, hacia métodos desarrollados desde el Renacimiento para representar el espacio fenomenológico. Este estudio le permite profundizar en detalle en la obra de Escher y su particular utilización de la deformación sistémica, que da lugar a sensaciones de volumen y desafía las leyes de la perspectiva. De forma paralela, el trabajo de Francesco Ferro trata las transformaciones geométricas que rigen el arte islámico del palacio de la Alhambra –especialmente los pavimentos y mosaicos aperiódicos– de donde nacen los principios escherianos de metamorfosis, división regular del plano, de circuito cerrado e infinito.

El proyecto da lugar así al desarrollo de nuevas técnicas de composición a través de la apropiación de herramientas transversales, al tiempo que ofrece nuevas formas de pensar las relaciones de interacción sonora. Su proceso culminará con la composición de una obra para orquesta de cuerdas y otra para ensemble.