Julien DEPREZ

Grabado


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Interesado por el diseño industrial y el grafiti, Julien Deprez ingresa en la Escuela de Bellas Artes de París tras obtener un DUT (diplôme universitaire de technologie) en ingeniería mecánica y teoría de la producción. Atraído inmediatamente por el grabado, conecta muy pronto este nuevo ámbito de exploración a su interés por los procesos técnicos e industriales. Así desarrolla robots dedicados a la pintura y el grabado, que permiten realizar grandes producciones abstractas, dando lugar a una reflexión sobre la propia técnica: ¿cómo combinar un medio clásico y tradicional como el grabado con máquinas digitales contemporáneas?

Al tiempo que experimenta con estas técnicas híbridas y pone a punto sus primeros robots, descubre la técnica de la impresión 3D. Se introduce entonces en el movimiento maker, frecuentando fablabs y eventos DIY. Concibe su propia impresora 3D, la industrializa y lanza Dood Studio, especializado en el acompañamiento de proyectos de fabricación aditiva. Este proyecto empresarial le permite viajar a África y Cisjordania, donde forma estudiantes en la utilización de esta tecnología.

En paralelo, desarrolla grandes robots pintores y grabadores que le asisten en su actual trabajo artístico. El grabado evoluciona así en una oscilación continua entre la mano y la máquina. Los robots son precisos, robustos e inagotables. La mano, por su parte, es capaz de pulir, bruñir, recuperar los blancos, borrar los trazos de la máquina…

Más tarde es contratado como grabador a buril por Maeght Éditions, donde retoma el medio que tanto aprecia y adquiere una sólida experiencia.
 

En residencia

Julien Deprez se interesa tanto por la capacidad humana de concebir, multiplicar, ensamblar y producir en serie, como por el paisaje que de ello deriva. Así, desde hace varios años, busca los referentes para su trabajo fundamentalmente en las periferias urbanas y los espacios industriales en desuso, donde la naturaleza recupera su lugar.

Se trata de espacios híbridos, entre dos estados por definición destinados a desaparecer, que son a menudo considerados hostiles, lúgubres e inhóspitos. Julien Deprez los interviene con una relectura que los transforma en lugares cálidos y acogedores. En este proceso, el trabajo con el color juega un papel fundamental. Especialmente en el grabado, el trabajo a color invita a la experimentación y la abstracción.

Durante su residencia en Madrid, continúa su investigación en torno a la periferia urbana en un nuevo espacio de exploración. Arganda del Rey y las inmediaciones de Leganés se establecen como campo de estudio, propicios a la reinterpretación y la ampliación de perspectivas.

Este periodo de residencia le permitirá igualmente profundizar en la técnica del grabado al carborúndum, que ha conocido recientemente a partir de la restauración de planchas originales de Joan Miró. Con esta técnica, que consiste en dibujar sobre la matriz gracias a granos de carburo de silicio, Julien Deprez, al tiempo que abre una nueva vía en términos de creación, se plantea un reto técnico: adaptar sus máquinas y robots a esta técnica a medio camino entre la litografía y el grabado en hueco.

 

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01/01/1970 - Francés