Pintura


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Tras realizar estudios de idiomas en Aix-en-Provence, Rudy Ayoun ingresa en la escuela de Bellas Artes de Marsella, encontrando en la pintura un nuevo lenguaje con el que llegar a un público amplio. Durante su cuarto curso, se traslada a Holanda para estudiar un semestre en la Willem de Kooning Academy de Rotterdam, donde cofunda, con el apoyo de la escuela, un taller-galería: Pop Up Gallery Lokaal. Licenciado en junio de 2018, cofunda, en diciembre de ese mismo año, el taller-galería Destré, espace libre en Marsella.

Su trabajo ha sido expuesto, a través de muestras y performances, en el Salon d’Art Contemporain de Port-de-Bouc Hybrid’Art, el CIPM - Centre international de poésie de Marsella, el Frac PACA y el espacio Van Gogh de Arles en el marco de un proyecto de la Galerie Itinerante, así como en el Festival Vrrraiment! de Toulon

Cuestiones relacionadas con la narración, construcción y fragmentación del relato son centrales en sus pinturas. Estas se completan con una reflexión acerca del propio espacio pintado. Lugares y objetos adquieren así una creciente importancia en sus cuadros a medida que la representación de la figura humana desaparece. Esta ausencia resalta una narración latente, un juego de indicios y de preguntas formuladas al espectador. ¿Quién habita esos espacios? ¿Quién utiliza esos objetos? ¿Con quién? ¿En qué contexto?

Las pinturas de Rudy Ayoun, a través de su disposición en una particular escenografía, se imponen entonces como fragmentos de espacios que dialogan entre sí. Al combinarlas, el espectador debe suplir los fuera de campo, dando rienda suelta a una narración implícita que varía en función del punto de vista.

Este singular posicionamiento permite a Rudy Ayoun examinar la práctica pictórica contemporánea de forma global, a través de una serie de cuestiones centrales: ¿qué pintar hoy en día ? ¿Cómo hacerlo ? ¿Cómo mostrarlo ?
 

En residencia

Rudy Ayoun pinta los ambientes de quienes están ausentes, recreando en instalaciones espacios domésticos que invitan a la deambulación. Tras varios años, sus sujetos proceden directamente de su propio apartamento o de los de personas cercanas. La residencia en la Casa de Velázquez, que le lleva a otro país y a un contexto nuevo, se convierte en el lugar ideal para emprender una nueva exploración y enriquecer su perspectiva.

Una cómoda relación con lo propio se establece así como el punto de partida de un trabajo que busca analizar otras formas de intimidades. El taller permite ese deslizamiento hacia una zona intermedia –espacio doméstico y de trabajo, personal y público, abierto y cerrado– que pone en cuestión la relación con lo íntimo.

La convivencia con compañeros de promoción de perfiles diversos, con artistas de otras disciplinas pero también historiadores y arqueólogos, le aporta una experiencia de vida en comunidad que da lugar a una nueva serie. Se trata de observar cómo cada cual ocupa los lugares comunes de la Casa de Velázquez y los hace propios. Con una voluntad casi estratigráfica, el proyecto de Rudy Ayoun pretende también examinar las huellas que dejan los residentes temporales y cómo estas se superponen.

Su obra se apoya además sobre una investigación iconográfica que pone en juego la evolución del edificio antes y después de su reconstrucción. Diferentes temporalidades se combinan y relacionan en el plano pictórico, haciendo cohabitar épocas dispares a través de diversos tratamientos de la pintura, de manera armónica o por oposición. Se trata entonces de una narración a puerta cerrada, anclada totalmente en el espacio; la narración de un lugar que se relata a sí mismo, dejando entrever las huellas de quienes lo han habitado sucesivamente durante el último siglo.

^{Crédito foto © Quentin Désidéri}