ARTES VISUALES - VÍDEO

Anna López Luna es una artista visual de Barcelona nacida en 1983 y diplomada por la Escuela Nacional Superior de París-Cergy en 2006. Ha recibido la Beca Individual a la Creación del DRAC Île-de-France en 2016 y la beca de la Fondation des Artistes en el 2020. Despues de una residencia en el Box 24 y Les Ateliers sauvages en Argel entre el 2017-2018, recibió junto al artista Mounir Gouri la beca de creación Hafid Tamzali & les ateliers sauvages. En el 2019 fue residente en  Shakers Lieux d’Effervescences en Montluçon.

Su obra se desarrolla principalmente a través del vídeo y del dibujo, pero también de la experimentación de otras formas como la instalación y la escultura.

Los derechos y el goce de los cuerpos que algunos intentan invisibilizar, la violencia política que hiere a los individuos tanto en su personalidad como en sus cuerpos, la resiliencia de quienes han sufrido estos traumas y la impunidad que persiste en nuestras democracias contemporáneas son problemáticas a menudo incluidas en sus obras, en una “constante ida y vuelta entre lo que nos constituye de la forma más íntima, los cuerpos sexuados, y lo que nos es más exterior: sus construcciones sociales” (Amalia 12’43’’ de Sylvie Blocher, Catálogo Peau de mémoire 2020 Shakers).

La obra de Anna López Luna ha sido objeto de numerosas exposiciones y proyecciones, tanto en Francia como en España: en Niza en el 109 dentro de Parallèles du Sud - Manifesta 13, en el Fondo de Arte Moderno y Contemporáneo de Montluçon, en la Tabakalera de Donostia–San Sebastián, en la Bienal de Jafre, en La Casa de la Paraula, en el festival feminista de documentales “Femmes en résistance” de Arcueil, en el Centre Cívic Sant Andreu, en el Salon de Montrouge, en BilbaoArte, entre otros.

EN RESIDENCIA

Border-language, de Anna López Luna, es un proyecto de creación de vídeo que tiene su origen en un contexto social y económico cuya fragilidad se ha visto recientemente exacerbada por la crisis sanitaria mundial.

El cambio de paradigma socioeconómico, en particular con la revolución informática y robótica, ha tenido como efecto acelerar la precariedad pero también modelar los afectos íntimos. Estas modificaciones profundas de nuestros modos de producir, consumir y vivir, asociadas a la urgencia del cambio climático, a las luchas de emancipación y a las de los emigrantes frente a la fortaleza europea redibujan un futuro, entre visiones distópicas y la elaboración de otro mundo posible. Tras la crisis provocada por el Covid, hemos oído hablar de la esperanza de una vuelta a la normalidad. Por otro lado, ha aparecido una reivindicación política según la cual “la normalidad es el problema” y que afirma la necesidad de un cambio radical de nuestras políticas y modos de vida.

Son estos cambios, estas mutaciones, así como los deseos de un futuro vivible, los que Anna López Luna busca sondear en España durante su residencia en la Casa de Velázquez. 

Interesada por la oralidad del saber y la creatividad a partir de la experiencia singular de cada cual, la videoartista va al encuentro de estos relatos de lo íntimo, de estas vidas que se transforman, para captar el testimonio, el pensamiento y la relación con la realidad de cada una de las personas a las que filma. En su proceso de trabajo, la cámara se convierte así en el instrumento, en la herramienta y en el medio, primero de un encuentro con el otro y posteriormente de la elaboración de una búsqueda que se constituye en una polifonía de voces y de miradas sobre el mundo.

En residencia, Anna López Luna se orienta hacia una experiencia de “escritura” de vídeo que explora la puesta en escena en el espacio de exposición y convierte la obra en un espacio de la palabra colectiva. El montaje y los dispositivos de exposición de vídeo sumergen a su vez al espectador/a en una auténtica experiencia de pensamiento, defendiendo una poética del lenguaje y subrayando la complejidad del ser en el mundo.

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