Julian Lembke
COMPOSICIÓN MUSICAL
Julian Lembke nació en 1985 en Hannover en una familia de actores que ha dejado en su música una huella teatral. Desde su más tierna edad siguió una formación musical y continuó con estudios de composición, percusión y escritura en la Hochschule für Musik de Detmold. Es asimismo titular de un Máster en Composición y ha recibido un premio de orquestación del CNSMDP (Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París) donde estudió con Gérard Pesson, Marc-André Dalbavie y Michaël Levinas.
Desde 2020, realiza una tesis en la Université Lumière Lyon 2/ENS-IHRIM sobre las óperas de Aribert Reimann, codirigida por Laurent Feneyrou y Emmanuel Reibel.
Ha ganado numerosos concursos de composición, entre otros el Premio Alain Louvier, el Premio Günter Bialas, el Deutscher Musikwettbewerb o el Premio John Cage, y ha sido becario de la Cité Internationale des Arts de Paris , la Fondation de France y la Fondation Banque Populaire.
Sus obras, que varían entre música de cámara, para orquesta y proyectos para la escena, son interpretadas con regularidad tanto en Francia como en el extranjero. Así, desde 2008, se dedica ante todo a dar a sus composiciones un soplo dramático que les confiere un gran dinamismo.
Realizó de este modo varios proyectos líricos, como la ópera de cámara Rose: rot. Nachtigall: tot a partir de textos de Oscar Wilde, que expresa la inclinación del compositor hacia lo maravilloso, o la ópera breve error_403_verboten. En 2014, el taller lírico de la Ópera Bastille, en colaboración con el CNMSDP, representó la ópera Maudits les Innocents a partir de un libreto de Laurent Gaudé, de la cual compuso el segundo acto. Más tarde vino la obra de teatro musical Inéru que se proponía reexplorar la relación entre texto hablado y canto. Ha colaborado en proyectos con artistas como Didier Sandre o Patrick Davin. En varias ocasiones, ha puesto música a textos del escritor francés Yves Navarre, como el monodrama La Fibre des mots y el concierto escénico Héritage imprécis.
EN RESIDENCIA
El proyecto desarrollado por Julian Lembke en la Casa de Velázquez nace en primer lugar de una constatación: si la obra dramática y muchos de los poemas de Federico García Lorca han sido puestos en música, es sorprendente que la obra titulada Así que pasen cinco años no haya suscitado el interés de los compositores, cuando numerosos elementos la convierten en un vivero fabuloso para la música contemporánea y para la ópera en particular.
El tema del tiempo que pasa y sus variaciones, la mise en abyme de los medios y dispositivos del teatro, las personificaciones simbólicas y los cambios de papel a lo largo de la intriga, las idas y vueltas formales entre diálogo, poema y sueño… Un gran número de características se encuentran en este texto y lo convierten en una de las obras más claramente surrealistas de García Lorca.
En residencia en la Casa de Velázquez, Julian Lembke se lanza pues tras los pasos del autor andaluz para construir una ópera de cámara inspirada en esta “leyenda del tiempo”.
Al encuentro de expertos y gracias a la consulta de archivos originales, se sumerge en el universo lorquiano a través de las ramificaciones autobiográficas que se encuentran en la obra del dramaturgo. Desde el punto de vista de la construcción, el estudio en profundidad del cante jondo también alimenta el proyecto. Elemento decisivo en la construcción del universo de García Lorca, se ve aquí estilizado y adaptado a la escritura musical de Julian Lembke para convertirse en una de las piezas maestras del juego a la vez temporal y formal que recorre esta ópera en devenir.
Entre homenaje, adaptación y relectura, Julian Lembke nos propone asimismo el proyecto de una pieza en perfecta resonancia con la época: una ópera sobre encerrarse en uno mismo, el bucle temporal y la espera, que no puede más que servir de eco a nuestras recientes experiencias de aislamiento y enclaustramiento y nos llevan a repensar el papel y el lugar del individuo en la colectividad.
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