Mathilde Lestiboudois
PINTURA
Mathilde Lestiboudois es egresada de la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París donde ha seguido el taller de Jean-Michel Alberola. En 2016 estudió asimismo en la Universitäte der Kuns, en Berlín.
A través de la pintura, Mathilde Lestiboudois representa unos espacios interiores vacíos. Mezclando fragmentos arquitectónicos y formas geométricas, cuestiona el espacio y su dimensión temporal. Así, construye unos “no lugares”, espacios mentales que oscilan entre lo real y lo imaginario, entre figuración y abstracción. Como si estos lugares estuvieran fijados en una temporalidad flotante e incierta, una sensación de espera emana de sus pinturas.
En su proceso de trabajo, Mathilde Lestiboudois establece unas idas y venidas entre el espacio figurativo y el espacio geométrico abstracto de la composición. Los objetos cotidianos cobran vida, inquietan, desconciertan, sorprenden a través de la disposición que les impone la artista; unas puestas en escena depuradas y con líneas claras que nos conducen al ámbito del símbolo y del intersticio, para descubrir una extrañeza donde el vacío llena el espacio y donde quien mira se encuentra atrapado por las perspectivas que a la vez le guían y confunden.
Su obra ha figurado en numerosas exposiciones: La Chaufferie, Chaumet Place Vendôme, Villa Belleville, Galerie Graf Notaires, Galerie du jour agnès b., Espace Olympe de Gouge, Galerie Bertrand Grimont… En 2019, su obra entró en la colección de arte contemporáneo de agnès b.
Mathilde Lestiboudois colabora asimismo con directores de teatro en la concepción y realización de decorados, como en 2017 con Benjamin Pintiaux para su Stratonice de Méhul o en 2019 con Christine Naud para Le paria de Michel Roux.
EN RESIDENCIA
Arquitectura y espacios vacíos ocupan un lugar central en la búsqueda pictórica de Mathilde Lestiboudois. Alimentada con viajes, exploraciones y descubrimientos en ocasiones fortuitos, se apropia de la atmósfera de los lugares para componer unas escenas cuyos fragmentos hacen oscilar la narración entre pasado y presente, entre ficción y realidad.
Punto de partida de su trabajo en la Casa de Velázquez, el Escorial es el epicentro de sus investigaciones. Un interés que se debe en primer lugar al estilo herreriano del edificio, corriente que constituye un importante punto de ruptura en la tradición arquitectónica española. Desarrollado bajo el reinado de los Austrias, se caracteriza por una gran sobriedad unida a la monumentalidad horizontal de sus edificios. Así, en el Escorial, Mathilde Lestiboudois se inspira de la perspectiva de la piedra, los largos pasillos vacíos y los grandes patios cuadrados. La parte del monasterio resuena asimismo con un eco especial en su obra: un conjunto de edificios recluidos, aislados del mundo y que albergan grandes espacios vacíos donde el silencio reina con una presencia pesada y solemne.
Reuniendo imágenes, escritos y planos arquitectónicos, Mathilde Lestiboudois se impregna de la identidad del lugar para reinventar unos espacios propios de su imaginación; una reinterpretación en gran formato que se deriva directamente de su trabajo de inmersión y de sus investigaciones teóricas.
Esta incursión en el estilo herreriano le sirve asimismo de punto de partida para interesarse por la ciudad de Madrid y el carácter ecléctico de su arquitectura.
Sondea las múltiples facetas de la capital, se interesa por los objetos tradicionales y modernos que amueblan el interior de los edificios y los dispone en el centro de su universo pictórico en una serie de bocetos y de cuadros que se convierten a la vez en el retrato semi-ficticio de una ciudad hecha de poderosos contrastes y el relato del encuentro entre una artista con el lugar que descubre.
ESPACIOS VACÍOS - ARQUITECTURA MADRILEÑA - PINTURAE - ESCORIAL