Ponente:
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Babu Thaliath
Fellow MIAS - François Chevalier
Casa de Velázquez
Salle Pierre Paris
Horario: 11:30-13:30
Idioma: Ingés
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Resumen:
La axiomática es la base más importante sobre la que se asientan muchas ciencias modernas. Los axiomas son principios básicos causalmente irreductibles que, como tales, se consideran apodícticos o inmediatamente ciertos y justificados en última instancia. Por tanto, también pueden rebasar tácitamente el marco de la investigación fundamental, que en principio debería reexaminar o problematizar y ampliar los fundamentos axiomáticos de las ciencias. La primacía científica y la integridad de los axiomas se basan claramente en su finalidad formal e irreductibilidad causal, que, como es bien sabido, se otorgó a las primeras ciencias modernas, como la Mecánica Clásica, a través del formalismo matemático.
Históricamente, la axiomática de la modernidad fue precedida por la aporética medieval. Los discursos científicos de la Edad Media sobre los fundamentos fenoménicos de la philosophia naturalis, como el espacio, el tiempo, el vacío, el lugar, el movimiento, el ímpetu, la gravitación, lo infinitesimal, etc. resultaron ser incesantes, como sugieren los trabajos de Pierre Duhem y Anneliese Maier. Esto parece indicar que los discursos medievales-escolásticos se centraron en las aporías fenoménicas, a las que pueden atribuirse la permanencia y el carácter incesante de estos aporéticos en última instancia. Los aporéticos apenas alcanzaron una rotundidad epistemológica en el marco de la filosofía natural escolástica, mientras que la axiomática de la Edad Moderna, en el rasgo característico de las justificaciones finales dentro del contexto paradigmático de la filosofía mecánica, produjo los principios primarios de las ciencias como axiomas y estableció así históricamente las disciplinas científicas individuales.
La ponencia parte del supuesto fundamental de que la axiomática matemático-formal de la modernidad se basó necesariamente en intuiciones axiomático-estructurales. La falta de finalidad epistemológica de la aporética medieval-escolástica hizo necesaria la aparición de la axiomática de las ciencias matemáticas y materiales en la Edad Moderna, momento en el que las históricamente incesantes o persistentes aporías fenoménicas se transformaron en axiomas causalmente irreductibles y, como tales, epistémicamente finales. Los axiomas como principios básicos se convirtieron en la piedra angular de las ciencias; la finalidad epistemológica del conocimiento fundacional, a la que se aspiraba desde hacía mucho tiempo, desembocó en una finalidad axiomática. La ponencia analiza en general la transición histórica y filosófica de la aporética medieval-escolástica a la axiomática de la modernidad de las ciencias matemáticas y materiales. Se centra en el desarrollo sistemático de la idea del intuicionismo estructural como principio epistemológico de la axiomática a partir de la noción básica de intuición estructural, que Martin Kemp había introducido en el discurso científico a finales de los años 90 y que se ha venido desarrollando desde entonces. La teoría de las intuiciones estructurales se basa en la resonancia primigenia entre las estructuras internas-intuitivas y externas-fenoménicas, representadas tanto en el arte como en la ciencia. Dicha resonancia sirve de base para el acceso estético y epistémico a los fenómenos, más concretamente, a las estructuras visibles e invisibles que conforman las artes plásticas y a los métodos y procedimientos axiomático-intuitivos y teórico-deductivos inherentes a los modelos, analogías y operaciones aplicadas en las ciencias matemáticas y físicas.
La axiomatización matemático-formal de los fenómenos básicos mecánicos y físicos mencionados resulta ser, en última instancia, un enmascaramiento axiomático de las aporías fenoménicas. El problema del acceso epistémico suficiente, final y definitivo en la axiomática puede describirse como el problema de la referencialidad epistemológica, en el que la referencia epistémica sugiere el acceso cognitivo dirigido y encaminado a un objeto de conocimiento. Mientras que la axiomática presupone la culminación del acceso epistémico-referencial, la aporética muestra su estado incompleto, o incluso infinitud. La intuición axiomático-estructural, de la que sólo puede surgir la rotundidad matemático-formal de los axiomas, tiene también el potencial de acceder a las aporías fenoménicas axiomáticamente ocultas o enterradas y de revivirlas históricamente.
Fig.: Mysterium Cosmographicum de Johannes Kepler (Tubinga, 1596).
