Contexto, ejes y objetivos
La bibliografía más al uso sobre la fiesta del Siglo de Oro hispánico tiende a proyectar una mirada parcial del fenómeno, centrándose en alguna parte privilegiada del fasto celebrativo, como puede ser la música o el teatro. Nuestra intención, por el contrario, es abordar una aproximación totalizadora al complejo dispositivo de la fiesta.
Objeto preferente de estudio serán las relaciones de fiestas y espectáculos que tanto proliferaron en la época moderna y contemporánea (siglos XVI-XVIII), muchas de las cuales incluyen materiales anejos como grabados, pinturas, textos teatrales, partituras musicales, pasos dancísticos, etc.
Algunos materiales de manejo preferente serán:
—Para España: Anónimo, Comedia de la invención de la sortija (Monforte de Lemos, 1594), complejo entramado textual que incluye dos comedias, dos loas, varios entremeses y numerosos emblemas; Calderón de la Barca, en la BNF-Arsenal hay varios manuscritos procedentes de “la bibliothèque de M. de Paulmy” que contienen títulos como Hado y divisa de Leonido y Marfisa (Ms. 8314), El segundo Scipión (Ms. 8311), La serpiente de metal y Los alimentos del hombre (Ms. 8313), cuya singularidad es que conservan todo el entramado festivo: loa, comedia o auto sacramental, entremés, fin de fiesta…; José de Cañizares (atrib.), Cuál es enemigo mayor (zarzuela con loa y baile final).
—Para América: la fiesta hagiográfica: San Felipe de Jesús, comedia manuscrita inédita (México, 1729); la fiesta civil: fastos en torno a la entrada del virrey Marqués de Villena (México, 1640-1641): el Viaje del mundo de Cristóbal Gutiérrez de Medina; marginalidad étnica en la fiesta popular: danzas, mitotes y tocotines indígenas.
—Para Filipinas: la fiesta civil: Manuel Barrios (OP), Descripción de la proclamación y jura de nuestros soberanos señores don Carlos IV y doña Luisa de Borbón (Manila, 1791); la fiesta religiosa: Felipe Pardo (OP), Sagrada fiesta, tres veces grande, que en el discurso de tres días celebró el convento de Sancto Domingo de Manila […] en la beatificación de los gloriosos sanctos Pío Quinto, Diego de Bebaña y Margarita de Castello (Manila, 1677).
Objetivo añadido será integrar en nuestras reflexiones lo atingente a la danza, elemento omnipresente en todas las fiestas pero muy olvidado o poco tratado por la historiografía. La danza en España supone un eslabón de primera magnitud en los lenguajes coreográficos europeos, los cuales constituyen una verdadera koiné a la vez que permiten la creación de estilos nacionales propios. Sin minusvalorar un ápice el rol que al efecto jugaron Francia e Italia, es preciso integrar a España en una red de prácticas comunes en las cortes europeas, merced a los intercambios y relaciones entre unas naciones y otras. Cabe recordar también que debido a la extensión del imperio español y a su influencia cultural, la monarquía hispánica difundió los códigos y modos de la danza europea por los territorios de ultramar, al tiempo que integró -en un proceso de hibridación- algunas de las tradiciones dancísticas y coreográficas de dichos territorios.
Buenos ejemplos de lo aquí dicho se localizan en los festejos organizados por las princesas francesas en la corte madrileña, en los dedicados a la nobleza española de Milán o de Nápoles, en los festejos vieneses de 1666-1667, o en las fiestas escritas por Sor Juana Inés de la Cruz en México para los virreyes entre 1670-1680, que conllevan saraos y bailes y alguna danza aborigen como el tocotín.