Aunque el tema de la muerte como sujeto historiográfico presenta un largo recorrido, el proyecto que aquí se presenta intenta centrar sus objetivos en una perspectiva muy concreta y vinculada a una cuestión de absoluta actualidad en el ámbito de la investigación en humanidades, el de la construcción del poder. Tiiene por tanto como objetivo analizar el empleo de la muerte como instrumento de representación del poder político en su rango más elevado, el de la Corona y los principados territoriales, y en la articulación que ello pueda suponer de los valores políticos y culturales colectivos. Por otro, pretende orientarlo desde una perspectiva de clara interdisciplinariedad, (historia, arte, literatura, codicología, epigrafía, antropología, arqueología, medicina forense, etc.) que permita construir un prisma interpretativo más amplio y con mayor profundidad de análisis.
Con la monarquía a la cabeza, pero seguidos, emulándoles e incluso compitiendo con ellos, por los más conspicuos representantes de la alta aristocracia laica y eclesiástica –nobles, patriciado urbano, prelados-, la inevitabilidad de la muerte no parece suponer un impedimento para el desarrollo de los mecanismos de control y desarrollo ideológico del poder político y social. Por el contrario, las elites dominantes son capaces de construir un discurso y unos modelos de representación y propaganda permanentes o temporales en torno a ella destinados a fortalecer esos instrumentos y a convertirlos en modelos de continuidad y transformación interesadas. Desde la ritualización y complejidad de las liturgias y ceremonias específicas, la construcción de edificios y panteones o la plasmación de valores y ejemplificaciones literarios e historiográficos, la muerte y entierro del monarca, de los miembros de su familia, y, para el caso que nos ocupa, 2 de los grandes principados, señala más hacia valores de continuidad y progreso en la construcción del poder que de la ruptura que en apariencia debería suponer.
El tema permite un análisis desde muy diversos puntos de vista y mediante el empleo de fuentes y metodología de investigación muy diversos, pero en esta etapa de investigación se ha preferido, para hacerlo más aprehensible limitarlo en el tiempo y en el espacio, sin pretender tampoco analizar todos los ángulos posibles. En el tiempo, el periodo se abre con el proceso de consolidación política del espacio franco occidental, de los primeros reinos hispanocristianos peninsulares y con la articulacion del califato andalusí. Se cierra con la afirmacion de los poderes monárquicos y una nueva estructura de las relaciones de poder a lo largo del siglo XV. En el espacio, se centra tanto en el territorio que en mayor medida se emplea como modelo de referencia de esos procesos en el Occidente cristiano, Francia, como en el mundo ibérico, donde la diversidad política e ideológico-religiosa de las entidades políticas establece una interacción mutua que sin duda ofrecerá interesantes perspectivas de análisis.
La complejidad de las fuentes de información, desde los diplomas a la información contable, desde las grandes obras arquitectónicas a las más pequeñas piezas suntuarias, y cómo no, las obras literarias y de pensamiento, las crónicas o la propia elaboración de piezas ceremoniales exigen igualmente un tratamiento metodológico pluridisciplinar, a partir del cual poder establecer análisis comparativos desde las diversas áreas de conocimiento y a lo largo del tiempo y el espacio.